jueves, 15 de mayo de 2014

El peronismo y la lealtad.



El despertar de una clase. 



El 17 de octubre de 1945 es recordado como un hito histórico de nuestro país, donde miles de personas se congregaron en la Plaza de Mayo para pedir la restitución de Juan Domingo Perón que había sido apresado cuatro días antes por el Ejecutivo Nacional. Entre distintas posturas sobre esto hecho, parece encontrarse una certeza, el despegue de una clase social hasta ese entonces excluida: la clase obrera
.
Perón, secretario de trabajo y previsión y vicepresidente hasta la fecha de la gran movilización, comenzó a solucionar algunos viejos reclamos de los trabajadores argentinos y forjó pequeñas alianzas con dirigentes sindicales. La política pro-obrera del vicepresidente y su poder político acrecentado, provocó un recelo en sus colegas militares que decidieron destituirlo de sus cargos y apresarlo en la isla Martin García.

Mientras el Coronel Perón era separado de la agenda política del momento, varios dirigentes sindicales de la industria de la carne comenzaron a idear la huelga y posterior movilización hacia Plaza de Mayo y  la Ciudad de La Plata, para pedir la restitución del vicepresidente.

Según detalla el periodista inglés Daniel James en “17 y 18 de Octubre de 1945: El peronismo, la protesta de masas y la clase obrera argentina”, en las primeras horas del 17 de octubre, los trabajadores de los frigoríficos y de fábricas textiles de Berisso, organizaron cortes en los accesos de esa ciudad, donde se les sumaron obreros de la construcción, ferroviarios y portuarios.

Para la tarde, grandes columnas de trabajadores, hombres y mujeres de todas las edades, se dirigieron hacia la Casa de Gobierno y la Ciudad de La Plata. No existen cifras exactas sobre la cantidad de personas que acudieron a pedir la restitución de Perón, pero algunas fuentes aseguran que el número de personas ascendía a 300 mil e incluso 500 mil.

Alrededor de las 23 horas del día 17 de octubre, Juan Perón  se asomó por unos de los balcones y se dirigió hacia la multitud, para luego pedirles a sus colegas militares que se llame a elecciones las cuales ganó con amplitud. Este hecho demostró que el futuro peronismo tendría el apoyo de los sectores más bajos de la sociedad argentina.

Daniel James muestra en su obra como vivió la clase obrera ese día, a través de varias entrevistas a protagonistas y la revisión de notas de los periódicos de la época. Según el autor,  los testimonios evidenciaban que los trabajadores se paseaban con “atuendos carnavalescos”, al compás de “grandes bombos”  y en busca de “transgredir las instituciones”.


 El periodista designa este comportamiento como “iconoclasia laica” que significa “la destrucción pública y deliberada de los símbolos sagrados con el propósito de suprimir  toda lealtad a la institución que los utiliza”. Es así como James intenta explicar porqué en las manifestaciones de La Plata, los trabajadores recurrieron a la violencia contra ciertas instituciones como lo fueron medios, la Universidad, clubes y joyerías.

Diversos autores, sociólogos, politólogos e intelectuales, trataron de explicar el movimiento obrero que ocasionó el retorno de Juan Domingo Perón con posturas a favor y en contra. Algunos aseguran que fue la nueva clase obrera, proveniente del interior las que le dieron el mayor apoyo al coronel y otros prefieren inclinarse por los sectores sindicales.


Sin dudas, el 17 de octubre de 1945 fue la eclosión de una nueva clase obrera, que se encontraba hasta ese entonces sesgada y que encontró en Perón a un gran líder. Citando a Ernesto Sábato en Tres Revoluciones, “la gente se mueve por ideas y por ideales, por odio o por amor” y fue el Juan Domingo el “que había sabido despertar su amor”.  

Por: Gabriel San Martín. 

Fuente principal: James, Daniel, "17 y 18 de octubre de 1945: El peronismo, la protesta de masas y la clase obrera argentina". Publicado en Desarrollo Ecónomico, 1987.  




Nota: El último Link es sólo para descargar el Ensayo de Daniel James.