Gustavo Zavala es un artista que supo combinar
la música pesada con las canciones para los más chicos, para poder dormir a su
hijo y hacerlo feliz. Un compositor que a pesar de su trabajo, su familia y su
banda, supo encontrar un lugar entre estos estilos y “Metal for Babies”.
Zavala es bajista en una de las bandas más
importantes del Heavy metal argentino, Tren Loco. Detrás del lado duro y
rebelde que proporciona este estilo musical, este personaje esconde un lado
sensible y tierno, ya que es creador de un trabajo novedoso que consiste en
hacer canciones de grandes bandas para ser escuchadas por bebés.
De esta forma, temas pesados de Metallica,
Megadeth, Led Zeppelin, Guns & Roses, Deep Purple y Tren Loco, entre otros,
fueron íntegramente adaptados y transformados por el músico para ser escuchados
con una única misión: dormir al bebé.
“Es una idea que se me ocurrió cuando nació mi
hijo Dante, en el 2005. No quería que escuchara la música para nenes que estaba
de moda, como Floricienta, los Teletubies o el dinosaurio Barney, sino que
escuche la música que yo amo y con la que me crié”, explica el músico.
Luego de que se le ocurriera la idea, el
compositor buscó información por Internet y otras fuentes para ver si existía
una obra similar y al no encontrar nada, la patentó. Por lo tanto, según
Zavala, Metal for Babies (Metal para bebés con sus siglas en inglés) “es un
invento Argentino”.
“Busqué información y solamente encontré
indumentaria de Heavy para bebés, remeras, gorras, camperas y buzos con
inscripciones de AC/DC, Metallica, Black Sabbath, pero nada parecido a lo que
yo quería hacer” cuenta el músico y agrega que empezó haciendo temas de Tren
Loco pero después siguió con otra bandas y nació Metal for Babies que está
compuesto por 16 canciones.
Para conocer un poco más sobre este personaje,
hay que repasar un poco su historia, que por cierto, lleva casi más de 30 años
de trayectoria con la música. Además de ser bajista, Zavala es guitarrista,
toca el piano eléctrico y es compositor y autor de las letras y canciones de
Tren Loco.
Nació en la localidad de Gran Bourg en el
partido bonaerense de Malvinas Argentinas, hijo de un guitarrista de Folclore y
Tango, Mateo Zavala. De niño escuchaba a su padre tocar y comenzó a interesarse
por la música, pero no ese estilo, sino el Rock & Roll, que estaba
floreciendo en el país en los primeros años de la década del ´70.
“Siempre cuento, cuando me preguntan porqué
toco el bajo, que estaba mirando con mi padre el programa ´grandes valores del
tango` y estaba tocando una orquesta y escuchaba el bandoneón, al pianista y al
cantante, pero había un tipo que tocaba un guitarrón gigante y yo no lo
escuchaba. Le pregunté a mi viejo que era ese instrumento y me contestó: Es un
bajo, el bajo no se escucha, se siente, me contestó. Me quedó grabado para toda
la vida” expresa el músico.
Si bien el padre no fue de gran influencia por
la diferencia en gustos musicales, Zavala explica que le enseñó a rebuscársela
por sí mismo y tratar de ser lo menos dependiente posible, por lo que cuenta
esta anécdota: “Mi papá cuando le dije que quería ser músico me dijo, hijo yo
no te voy a comprar ni una púa, menos una guitarra, termina de estudiar, encontra
un trabajo y comprate un instrumento con tu plata”.
Luego en la adolescencia formó su primera
banda llamada Apocalipsis que duró unos 7 años. Con idas y venidas traspasó por
toda la década del ´80 que fue una época “traumática” por lo costoso que se le
hacía a las bandas Heavys poder tocar, dado que el estilo era repudiado por
mucha gente y las “razias” policiales eran frecuentes.
En el año 1990 se disolvió Apocalipsis, Zavala
formó Tren Loco y grabaron su primer trabajo “Tempestades”. Surgió aquí una de
las bandas más grandes del Heavy Metal del país que en la actualidad, luego de
22 años sigue en pié y cuenta con 6 discos propios, 2 discos en vivo, 2 DVD y
un libro en conmemoración de sus 20 años en la música en el 2010.
Lo inusual de esta banda es que en sus
comienzos, Zabala se anotó en un concurso llamado Yamaha Band Explotion, cuyo
premio era tocar en el estadio Budokán de Tokio. Tren Loco ganó en el país y
fue a representar a Argentina en Japón, donde recibieron una mención especial y
dejaron atrás a bandas de Estados Unidos e Inglaterra.
Con el premio en su poder volvieron al país y
firmaron con la compañía Polygram para grabar el disco. Pero según el músico,
el “romance” con la empresa duró dos años porque no les servía la cantidad de
discos vendidos y Tren Loco se decidió por la autogestión.
Hace 20 años que la banda no depende de
ninguna empresa y ellos mismos se de dedicaron a armar los shows, alquilar los
lugares, llevar sus instrumentos, hacer la publicidad. “No hay que esperar que
venga un Mesías, un productor, un manager, que te haga llegar, haciendo las
cosas bien se puede”, dice el artista orgulloso.
De regreso al Metal for Babies, el músico
describió en que consiste su obra y porque siguió con la grabación de este
trabajo. “La base de las canciones está hecha con el piano eléctrico y le puse
sonidos de cajas musicales, arpas y xilofón, lo que busco es despojar al Heavy Metal de la distorsión, de la
estridencia del sonido de la batería y dejarle su esencia, la armonía y la
melodía que son maravillosas”, expresa Zavala.
El objetivo de este trabajo es dormir al bebé
y en palabras del artista “es muy efectivo”, ya que como padre siempre reniega
cuando el niño no quiere dormir. Por eso grabó Metal for Babies volumen II a
pedido de amigos y familiares que al escucharlo pedían copias. Este año el
músico terminó de grabar Iron Babies, dedicado en su totalidad a la banda
inglesa Iron Maiden.
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El apoyo del público es incondicional para
Zavala y en él se inspiró y se inspira para escribir las letras de la banda y
seguir con se proyecto solista de Metal para bebés. Las poesías de Tren Loco
reflejan historias reales de gente común, vivencias cotidianas y “letras
sociales o de protesta”.
Para el compositor, el único contrato que tiene
Tren Loco es con su gente, ellos son el combustible y el impulso para que “el
tren siga rodando”. “No nos sentimos estrellas, ellas están en el cielo, el que
nos viene a ver se encuentra con una familia, donde cuidamos los valores como
el respeto y la amistad”, dice el artista en alusión a su audiencia.
Para Zavala, Metal for Babies es “un
pasatiempo maravilloso, más que nada es una terapia que me hago a mí mismo y me
encanta hacer”. Según el bajista, la música es el arte de combinar los sonidos
y su proyecto es la misma música que él ama pero desde otro plano.
Entre los proyectos que se vienen, Gustavo
Zavala finalizó la preparación de su cuarto disco con Metal for Babies, llamado
The Wall for Babies, dedicado a la compleja obra de Pink Floyd de la que el
músico es fanático. El trabajo consiste en un disco doble con 26 canciones y
saldrá para fin de año, sumado a la grabación de su séptimo CD con Tren Loco.
Para finalizar, Zavala deja un mensaje para su
público y expresa que “hoy en democracia, ser rebelde es estudiar o aprender un
oficio, para poder ser libre y no ser esclavo de nadie, para poder defenderse
por sí mismo y no esperar que alguien te de un Plan Trabajar, un par de
zapatillas o quejarse todo el tiempo que todo está mal”.
Este personaje es un artista que inventó una
obra inédita, marcó un antes y un después en la música pesada del país y en las
canciones de cuna. Un artista que a pesar de sus obligaciones y el poco tiempo
para dedicar su esfuerzo en su nuevo trabajo, se encuentra “entre el Heavy
Metal, el Rock and Roll y bebés”.